Podría decir que esta novela es sobre Gregorio Cárdenas, el primer feminicida serial de la época moderna en México, cuyos crímenes conmocionaron a un país que intentaba dejar atrás los rescoldos de la Revolución. Pero en realidad es algo más: en lugar de sólo hablar de la figura del asesino, también me interesó ahondar en el contexto social que lo propició, y que parece repetirse hoy en día. En estas páginas hay un intento por entender de dónde viene la violencia machista que azota a México.¿Por qué las mujeres eran orilladas a delinquir en los años cuarenta del siglo XX? ¿Por qué había abortos clandestinos que ponían en riesgo la vida de decenas de muchachas? ¿Por qué los cronistas señalan que fue un hombre el detective José Acosta Suárez quien atrapó a Gregorio Cárdenas, cuando hubo una agente, Ana María Dorantes, cuya labor resultó fundamental en el caso, y que ahora está injustamente olvidada? ¿Por qué los asesinos seriales son un constructo cultural del que todos somos responsables?Este libro es un retrato de esa época conocida como el alemanismo, pero que involucra también de manera importante al presente, con la epidemia de feminicidios que vive el Estado de México, donde se han gestado algunos de los asesinos seriales más sanguinarios de los últimos años. Es importante advertir que no resulta agradable leer esta novela, pero no podría ser de otra forma. La región crepuscular es precisamente ese lugar al que evitamos voltear, porque creemos que es mejor no ver, ignorar lo que sucede a nuestro alrededor mientras las víctimas se acumulan.