En El libro de los dioses, el mundo moderno debe lidiar con la pervivencia de deidades antiguas. Titánicas criaturas que habitan el lecho marítimo en espera a volver a la superficie; un ídolo que dicta a un escritor sus obras desde la profundidad de los sueños; una divinidad femenina decidida que cautiva varones para apropiarse de su semilla; una vieja deidad cuya verdad se manifiesta a través de la obra de los autores clásico del terror; una secta terrorista que, ante el cataclismo ecológico, pretende invocar al dios Pan para frenar la destrucción de la naturaleza. Bernardo Esquinca se mantiene fiel en su compromiso por entregar al lector escenarios de pesadilla que estremecerán incluso a los más escépticos. Y demuestra también que su proyecto de escritura no se detiene en el efectismo, pues se muestra dispuesto a explorar experiencias humanas y literarias mucho más amplias: la vida en pareja, sus complicaciones y desgastes, la paternidad, la relación con la naturaleza y, de manera notable, la pregunta por el acto creativo. Este libro da continuidad a una obra coherente que no teme reinventar los mecanismos con los cuales inspira el más intenso terror a sus lectores.