En 1880, durante unas vacaciones, Robert L. Stevenson imaginó y dibujó el mapa de una misteriosa isla, como pasatiempo para su hijastro. En esos trazos casuales, está el origen de personajes inolvidables, como el náufrago Ben Gunn o el pirata John Long Silver, y la consolidación de un mito aventurero: el viaje en busca del tesoro escondido. Desde su primera publicación, La isla del tesoro no ha dejado de entretener a sucesivas generaciones de jóvenes con sus mares remotos, sus pérfidos piratas y los peligrosos motines narrados desde la fresca mirada de un niño: el valiente Jim Hawkins.