Desde que, en 1995, Nicholas Negroponte, profesor e investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets, profetizó la inminente muerte del libro en papel (¡en su libro en papel Ser digital!), no han ce- sado los augurios sobre el n de la era del libro en su soporte tradicional, y, sin embargo, las grandes, medianas y pequeñas editoriales siguen publicando libros en papel, porque quienes son ávidos lectores practican el ejercicio de leer, preferentemente, en este soporte. Leen libros, en papel y en pantalla, los lectores irredentos, y no los leen, ni en uno ni en otro soporte, quienes sólo se dedican a picar migajas y fragmentos en internet, y quienes creen, además, que información e hiperconexión equivalen a formación educativa y cultural.