La escritura como la lectura se originan en regiones distintas del cerebro y el proceso fisiológico sigue vías muy diferentes; por lo cual es necesario conceptualizar la lectura y escritura por separado, entendiendo que el proceso culminará en la unión de ambos. Sin embargo, los textos de lectoescritura existentes parecen ignorar que estas dos habilidades no se construyen a partir de los mismos procesos, metodologías y objetivos.