Nana Vieja y su nieta han vivido juntas por mucho tiempo y comparten todo, incluyendo los oficios de la casa. Una mañana, Nana Vieja no se puede levantar a tomar el desayuno como de costumbre. Con calma, va poniendo sus cosas en orden para, finalmente, llevar a su nieta a dar un último y largo paseo para explorar las cosas maravillosas que las rodean.