Sin haber cumplido treinta años, Karl Marx escribió Miseria de la filosofía en francés, como una respuesta airada a un libro de Pierre-Joseph Proudhon, quien hasta poco tiempo atrás había sido un compañero de lucha. Con su característico humor mordaz, Marx no se priva de ridiculizar al autor de Sistema de las contradicciones económicas o Filosofía de la miseria, afirmando que "tiene la desgracia de ser singularmente incomprendido en Europa. En Francia se le reconoce el derecho de ser un mal economista, porque tiene fama de ser un buen filósofo alemán. En Alemania se le reconoce el derecho de ser un mal filósofo porque tiene fama de ser un economista francés de los más fuertes". Si la obra del anarquista galo, publicada en 1846, buscaba explicar las paradojas subyacentes a las sociedades de su época, la de Marx parte de un juego de palabras -la inversión del título- para desplegar una aguda crítica a ese colega con quien pasaría a tener diferencias irreconciliables. Pero el libro está muy lejos de agotarse en la polémica circunstancial: se trata de una pieza de fundamental importancia en la evolución del pensamiento marxista, pues constituye una exposición concreta y global de la concepción materialista de la historia, hasta entonces presentada de manera desarticulada. Según el propio Marx, es el primer estudio económico que podría considerarse parte de su obra científica de madurez. Esta edición revisada y corregida incluye también los prefacios de Friedrich Engels y parte de la correspondencia entre Proudhon y Marx -punto inicial de la ruptura entre ambos pensadores-, además de una bibliografía sustancialmente ampliada. Al cuidado del filósofo mexicano Gustavo Leyva, quien escribió una presentación que reconstruye el contexto de esta obra y ofrece pistas de lectura, Miseria de la filosofía confirma su condición de clásico ineludible de la economía política y la filosofía.