El hombre que se desvive por la gloria póstuma no se imagina que cada uno de los que se han acordado de él morirá también muy pronto; luego, a su vez, morirá el que le ha sucedido, hasta extinguirse todo su recuerdo en un avance progresivo, a través de objetos que se encienden y se apagan. He aquí un ejemplo de la fatuidad del hombre y de su necia búsqueda de fama y prestigio. Pocos han sido tan directos en la descripción del espíritu humano como Marco Aurelio, cuya sabiduría se despliega en el siglo II D.C. y mantiene hoy una vigencia plena. Meditaciones es una fuente de verdades legadas por un emperador romano excepcional, sus ideas fueron tejiendo las bases del Derecho y la civilidad, tal y como los entendemos en nuestro tiempo. La lectura de esta obra es, con certeza, un regocijo y celebración por las grandes obras del hombre.