Esta obra presenta un análisis crítico de los resultados reales que el turismo tradicional ha tenido en México en décadas recientes - en los niveles regional y local - como producto de políticas económicas y sociales ineficaces, que han orientado a la industria de la hospitalidad hacia rumbos poco propicios para el mejoramiento de la calidad de vida de la población que habita en esos centros turísticos. El autor considera que el turismo de corte convencional sobrestima su capacidad al prometer, sin bases firmas, logros en términos de desarrollo; y subestima los retos que enfrenta, al general costos y problemas que luego transfiere al ámbito social.