Horrorizado con su propia obra, el doctor Frankenstein huye y deja al engendro abandonado a su propia suerte. En efecto, usurpando el papel del Creador, el científico ha dado vida a un ser monstruoso.Este, que como todo niño recién nacido ansía amor y cariño, sólo recibirá el rechazo y la crueldad de la gente debido a su deformidad.El dolor de su soledad despierta en él la sed de venganza contra el sabio que lo hizo, empujándolo a cometer grandes atrocidades. ¿Te pedí yo, Hacedor, que de la arcilla me hicieras hombre?, ¿te pedí que de la oscuridad me promovieras?, son reflexioines con las que pretende justificar sus crueldades...