Como cada lunes, Leo se recuesta en el piso del estudio y observa la nueva figura caleidoscópica que ha dibujado su padre. Podría parecer extraño pero los diagramas que dibuja el Dr. Treviu son capaces de producir percepciones extrasensoriales que ni siquiera la droga más fuerte es capaz de provocar. Hace algunos años esos diagramas producían un gran poder equiparable a la fuerza de la naturaleza. Con el tiempo dejaron de tenerlo y se convirtieron en un recuerdo compartido sólo por los sobrevivientes a la Gran Guerra. Un suceso inesperado hará que Leo acepte las antiguas leyendas sobre estas grafías y descubrirá que por sus venas corre tinta de bardo.