Las mujeres no poseen virtudes esenciales que las hagan mejores que los hombres, han sido circunstancias históricas y culturales las que han establecido diferencias en el desarrollo de unas y otros. Sara Sefchovich, con su acostumbrado ojo crítico, desmenuza los lugares comunes que circulan en torno de las mujeres y sostiene que no existe la mujer ni un nosotras las mujeres. Porque no es lo mismo la virreina que su sirvienta, la maestra que la esposa del presidente. Y sin embargo, lo que iguala a todas las mujeres en todos los momentos de la historia y en cualquier parte del planeta, ricas o pobres, jóvenes o viejas, sanas o enfermas, musulmanas o católicas o judías o budistas, es que todas estamos destinadas a lo mismo: al matrimonio y a ocuparnos del hogar y de los hijos. Con inteligencia, conocimiento y sencillez, Sara Sefchovich analiza los obstáculos a los que se han enfrentado las mujeres, así como los logros que han conseguido.