Los psicoterapeutas acuden a Françoise Dolto. Le consultan los casos problemáticos, sus dudas, sus temores. Ella establece analogías con casos parecidos, con el fin de esclarecer los bloqueos de los terapeutas y darles indicaciones sobre los pasos a seguir. El mundo infantil requiere, como se desprende de la lectura de este texto, de técnicas específicas. En el niño todo es lenguaje. Para comunicarse con él, no es suficiente con hablarle o escucharlo, también hay que hacerle representar, mediante dibujos o figuras en plastilina, lo que él quiere describir o poner en palabras. Françoise Dolto aclara estas cuestiones y guía a los jóvenes psicoanalistas en un trabajo particularmente delicado: ¿cómo inducir a los niños a expresarse? ¿Qué puede querer decir su comportamiento, que varía según la persona a quien se dirigen? ¿Cómo respetar la relación del niño con sus padres al mismo tiempo que se prosigue con el tratamiento, que a menudo para los padres es también una prueba? La interpretación surge de una manera deslumbrante. Es así en el caso de un niño que se cae sin cesar para sustraerse a un espacio social en el que no tiene cabida, o en el caso de otro que no habla, pero se traga el papel en donde su nombre haya sido escrito, con objeto de dar a entender su desesperación por ser un cuerpo anónimo. Este seminario de psicoanálisis de niños nos hace comprender que desde muy pequeños, los niños tienen ya un largo pasado: el suyo, y además el de sus padres. Françoise Dolto también ha publicado en esta editorial: El caso Dominique, 1973; Psicoanálisis y pediatría, 1974; En el juego del deseo, 1983; los Seminarios de psicoanálisis de niños 2 y 3,1987 y 1991, y la Autobiografía de una psicoanalista, 1991.