Podías salir de casa con la intención de ir a pescar tan confiado o a darte un baño, pero si no estabas atento al día que era, zas!, a la mínima te la jugaba: llegabas allí y estaba seco. Era jueves.
Vas a comprar el ebook "RÍO QUE SE SECABA LOS JUEVES, EL" deseas revisar tus datos de facturación
X
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información