La PNL (programación neurolingüística) ha demostrado que la mayoría de nuestras decisiones no son racionales, sino emocionales, y que si comprendemos el origen de nuestro comportamiento, podremos tomar mejores decisiones. Por otro lado, todos establecemos diferentes tipos de relaciones, tanto personales como profesionales, y si sabemos utilizar nuestra inteligencia emocional, podremos optimizar dichas relaciones y alcanzar más fácilmente nuestros objetivos.