Maries Ayala termina su tríptico sobre El Cairo con esta novela, en la cual mezcla el sueño y la realidad. Felicidad entierra a su madre, Ana Torres, con una promesa por cumplir: viajar a la ciudad de El Cairo, en Egipto, y salvar a una desconocida de la cual solo conoce el nombre. Yamila fue un fantasma en la memoria de Ana, y es ahora una incógnita a los ojos de su hija. Consciente de la imposibilidad de hacer ese viaje, Felicidad se queda dormida e inicia su aventura en el territorio de los sueños. Su recorrido empieza en la vieja casa donde había vivido su madre, atravesando el Nilo y haciendo una visita al oasis de Siwa. En el camino, aparece gente de su pasado y de su presente, y hasta un hombre misterioso que la había impresionado fuertemente en la funeraria. También conoce a Alí, ese divertido mayordomo de la vieja casona, quien se las ingenia para ayudarla a salir de la encrucijada. La frontera entre lo real y lo irreal se diluye cuando regresa a la vigilia y, a través de un encuentro inesperado, despierta del sueño de la vida misma. Ahora es el turno de Felicidad para desentrañar los misterios del pasado y seguir los pasos de su madre para rehacer el rompecabezas de una familia muy antigua. Sin embargo, ¿será el sueño la única vía que queda para transformar un tiempo que ya no existe?