Este libro reúne testimonios de jóvenes infractores que, desde muy temprana edad, tuvieron que rendir cuentas ante el sistema de justicia. Es la historia de Fred, que huyó de sus padres violentos y fue arrestado por asalto a mano armada a los trece años; o la de Lindy, que tuvo que cuidar de sí misma y de su hermana recién nacida cuando tenía cinco años porque su madre no era capaz de hacerlo. Cada historia es distinta, pero las circunstancias se repiten: orfandad, padres ausentes, pobreza, deserción escolar, adicción o discriminación. Así, este libro señala la deuda de la sociedad con los jóvenes que delinquen, y nos enseña cómo una simple muestra de afecto puede cambiar el rumbo de estas vidas.
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