Hermes Trismegisto dejó la Tabla Esmeralda como símbolo de una cosmogénesis que solo su tercer ojo pudo observar. La sabiduría universal concentrada en siete leyes que abren la puerta a la alquimia, la percepción razonada y el poder mágico de las palabras y acciones. Como premisa de un conocimiento absoluto, estas leyes nos remiten al enfoque de nuestros pensamientos en congruencia con nuestros actos, a la reacción de un todo, ante una acción personal. Todo en el universo se mueve en virtud de nuestras emociones, acciones y pensamientos.