Entre el 14 y el 18 de junio de 1941, menos de una semana antes de la invasión nazi y poco después de haber sido anexionados por la Unión Soviética, 17000 lituanos fueron deportados a Siberia, donde muchos perecieron víctimas del frío y el hambre. Una mañana un grupo de soldados sacan a Algis y a otros miembros de su familia de la cama y les ordenan prepararse para un largo viaje. En la remota Siberia sobreviven a base de patatas congeladas, pero las canciones que cantan y las historias que cuentan les dan alas Jurga Vil, nieta de Algis, y la dibujante Lina Itagaki saben que hay historias que merecen ser contadas para que nadie las olvide, y nos hablan de la peripecia de toda una generación de desplazados que llevan en su corazón dolorosas historias de supervivencia en el exilio.