«Hugo Hiriart [...] es un hombre en estado de perpetua ocurrencia que ha preservado intacto el continuo diálogo entre su imaginación y las cosas; este hombre para quien disertar, especular, tantear, es una manera necesaria de ser, una forma inherente de la inteligencia y de la pasión.» Guillermo Sheridan Pocas son las obras que resisten el paso del tiempo, que se rebelan ante las etiquetas literarias farragosas, ante los caprichos ideológicos de su época y que, por el contrario, alcanzan una visión particularísima, genuina por sus alcances imaginativos. Ésta es, precisamente, la naturaleza de la producción artística de Hugo Hiriart, en la cual están inscritas Galaor y Ámbar, dos novelas de épica caballeresca, relatos de aventuras, hazañas heroicas o acción en prosa; de todas formas y de ninguna, estas narraciones ponen punto y aparte en las letras mexicanas y adhieren el nombre de su autor al de los inmortales Miguel de Cervantes Saavedra y Robert Louis Stevenson.