Sabemos de las expectativas, gracias al trabajo con ellas a lo largo de an?os que, mientras ma?s creemos en algo, es ma?s factible que suceda. Centramos nuestro pensamiento en circunstancias especi?ficas y propiciamos un estado general de predisposicio?n ante dicho evento, y así nuestro organismo responde de manera positiva. De ahi? el poder que tienen las expectativas, al convencernos de lo que somos capaces de lograr y de lo que preferimos no enfrentar, porque pensamos que sera? un fracaso.