Jonas Deichmann no tiene límites. Después de haber alcanzado la cima del triatlón y la de las carreas de ultradistancia, este atleta ha hecho posible lo imposible. Mientras el mundo permanecía en cuarenta por la COVID-19, él se dedicó a circunnavegarlo. Durante catorce meses, llenos de experiencias límite y momentos de máxima felicidad, Deichmann cruzó las corrientes traicioneras del mar Adriático a nado, recorrió veinte mil kilómetros en bicicleta desde Dubrovnik hasta Vladivostok con un frío glacial y recorrió México en ciento veinte maratones. Estuvo acompañado por algunas personas, jóvenes y mayores, que se unieron espontáneamente a él para formar parte de su aventura durante algunos kilómetros, y también inspirado por millones de fans que lo apoyaban en las redes. El resultado es una increíble historia de coraje, de incertidumbre y motivación, del poder mágico de las barritas de chocolate y de lo ilimitado de nuestro mundo. Una historia para mover montañas.