Nunca en la historia ningún escritor, excepto Wilde, había puesto tanta dedicación en realizar versos cincelados con frases perfectamente articuladas. Tratar de encontrar la belleza en cosas triviales o aportarla a las mismas, es la tarea que el mismo Wilde se impuso. Nuestro autor no es otra cosa que un escritor burgués que obtiene el éxito mientras que sus excentricidades son soportables ante la clase dominante, pero cuando comienza a transgredirla ésta lo elimina de una forma cruel y definitiva.