Considerada en conjunto, la obra cuentística de Andersen se revela mucho más compleja de lo que podría hacer creer la lectura de una pieza aislada. El propio autor decía en 1857 cuando estaba ya convencido de haber encontrado en este género la forma de expresión más apropiada a sus dotes: El cuento es el más dilatado de los dominios de la Poesía: se extiende desde los ensangrentado sepulcros del tiempo primitivo hasta la imaginería de las leyendas piadosas infantiles, admite en si tanto la poesía popular como la artística; para mí el cuento representa a toda la poesía, y el que lo domina sabe encerrar en el lo trágico t lo cómico, la ingenuidad, la ironía y el humor; a su servicio están las cuerdas de la lira, la lengua de los niños y los recursos del contemplador de la Naturaleza. Así son en efecto, de variados y ricos los cuentos de Andersen. En esta obra podrás leer entre más de doscientos cuentos los siguientes; La Princesa del Guisante, Pulgarcita, La Sirenita, Los Vestidos Nuevos del Emperador. El Intrépido Soldadito de Plomo, Pegaojos, El Patito Feo, La Reina de las Nieves, Los Zapatos Rojos, La Rosa Más Bella del Mundo, El Titiritero, El Hombre de Nieve, Los Días de la Semana, etcétera.