Algunos eventos pueden cambiarnos la vida, como le ocurre a la familia García el día en que tiene que repartir a sus tres hijos con distintos parientes. Una adolescente insoportable, una niña que llora por todo y un chico retraído y fantasioso tendrán que convivir en hogares transitorios escogidos al azar. Emilio llevará la peor opción cuando se entera de que pasará esos largos meses en casa del tío Fidel, un viejo solitario, malhumorado y excéntrico, muy lejano de la persona ideal para pasar unas vacaciones forzadas. Todo será un desastre, hasta que algunas piezas encajan y algunos secretos se descubren. Obra que destaca por el desarrollo de distintos recursos del humor y el manejo de la perspectiva, pero sobre todo por la distribución magistral de las cargas emocionales, que conducen a un final que dejará a los lectores con las manos en el corazón.