En esta edición la Constitución del Pueblo de México muestra un ordenamiento de vanguardia, autónomo, nativo y, sobre todo, social. Sin embargo, al igual que en el resto del mundo, nuestro país ha cambiado su fisonomía de manera radical en el transcurso del centenar de años que hace apenas cinco cumplió nuestra Carta Magna: de ser una nación predominantemente rural, pero con una base industrial importante, se convirtió en un México más urbano con una industria pujante, pero donde aún persisten amplios sectores rurales y, también, grandes desigualdades, corrupción, justicia retardada e iniquidades.