Una noche llena de pesadillas pedí ayuda y no vino nadie. Por un momento creí que el Cocodrilo Comepesadillas me había abandonado. Pero no fue así, sólo había tenido que mudarse. Después me enseñó a ser más valiente y me explicó que debía estar más cerca de mi hermanita. Las pesadillas siguen ahí, el Cocodrilo también. Ya no vive en mi casa, pero está presente en las lecciones que me dio para enfrentar el miedo.