De pronto, en la vida monótona de las personas se presentan situaciones que desbordan cualquier marco de su existencia. Eso fue lo que le sucedió a doña Evangelina Lascurain de Horcasitas, mujer de desahogada posición económica, con la llegada de su cuñado Alberto Horcasitas, quien se había ausentado por cerca de treinta años. Fue un hombre que decidió embarcarse en un viaje sin destino, huyendo de una imposible relación amorosa y donde sus memorias nos recuerdan a los aventureros de siglos pasados.