Café de otoño es una novela trepidante con epicentro en Puerto Vallarta. Secuelas del pasado de cada personaje se infiltran en sus decisiones presentes. Los encuentros entre César y Diana, entre Yuritzi y César, o Yuritzi y Alberto, entre Alberto y el demonio que lo acosa y lo defiende son el foco a partir del cual se propagan ondas sísmicas que regresan a cada uno para cuestionar el sentido de sus vidas. En la superficie, hay intereses amorosos encontrados que transcurren a la par de varios casos penales, en un clímax de acción que no es sino el culmen de una narrativa que sabe establecer y mantener la tensión. En el fondo, hay una radiografía social que muestra lo mejor y lo peor de un país en llamas, que no atina a decir si el 12 de diciembre hay una diosa, pero que sí sabe de cierto que hay un demonio armado acechando y matando por placer.