A medida que crecemos, aprendemos que el mundo no es todo blanco o negro, al igual que nuestras emociones van mucho más allá de la tristeza o la felicidad. Existe, de hecho, un universo de matices que nos permite expresar así la realidad más compleja. Dar a nuestro hijo o hija las herramientas necesarias para que descifre sus emociones y aprenda a compartir lo que siente de forma consciente también significa ayudarle a construir relaciones saludables y equilibradas. Gracias a las cartas ilustradas con muchos personajes divertidos, el niño podrá reconocer 48 emociones diferentes, desde sus primeros años de vida ¡También nuestra cara de sorpresa!