Hace falta un muchacho, sugiere el autor, para convertirlo en un hombre de bien, en un adulto con principios e ideas orientadas para lograr sus metas; en un ser humano que lucha por ser cada día mejor. Promueve, también, el gusto por el conocimiento y la investigación, por las grandes conquistas humanas en todos los campos, por el fruto de la inventiva y la imaginación. En un libro que habla con el corazón abierto y las mejores intenciones, y que ha trascendido las épocas basándose en ese principio fundamental del que, a pesar de los cambios y los avances, la naturaleza humana sigue siendo, esencialmente, la misma.